El riesgo PSOE

En este blog hemos analizado el riesgo Podemos y el riesgo del independentismo catalán. Jamás pensamos tener que considerar un riesgo PSOE, pero la realidad es la que es. Lamentablemente, supera todos los límites imaginables.

¿Existe un riesgo PSOE? Sí. Y muy importante, mientras siga a su frente Pedro Sánchez, un profesor de economía de cuarta división en una universidad privada de tercera división, que ha llegado a su máximo nivel de incompetencia gracias a las primarias, el último invento “regeneracionista”.

Que los partidos elijan o no a sus dirigentes en primarias es una cuestión que afecta única y exclusivamente a sus militantes. A los ciudadanos les da igual.

El cambio auténtico sería que los ciudadanos pudieran elegir directamente a su concejal, a su congresista y a su senador y pedirle directamente cuentas a él, no al partido, si no cumple sus compromisos.

Pero no se preocupen, no va a suceder. No lo van a permitir ni los nuevos ni los antiguos partidos, que están muy cómodos con las listas cerradas y bloqueadas y las componendas postelectorales que han convertido la democracia española en una partitocracia en la que se habla con naturalidad de barones territoriales.

¿Quién elige al alcalde, al gobierno? Los partidos. ¿Y quién manda a los que los que eligen a los alcaldes, a los gobiernos? Los que elaboran las listas electorales, es decir, los mandamases de los partidos que actúan como auténticos jerarcas autocráticos.

Los pactos postelectorales decididos por Sánchez demuestran que se trata de un político falaz, de vuelo gallináceo, obsesionado por sacar al PP de todas las instituciones posibles a cualquier precio, incluso al de dar alas a Podemos, en muchas comunidades autónomas en las que ha obtenido unos resultados más bien mediocres.

En Madrid, Pablo Iglesias ha podido aparecer en todas las televisiones, gracias a Sánchez, como el gran patrocinador de Manuela Carmena, cuando lo cierto es que los votos conseguidos por la ex jueza por su indiscutible prestigio personal en la izquierda madrileña, han doblado a los obtenidos por Podemos en la Comunidad Autónoma.

Si los socialistas no lo remedían, y va a ser muy difícil que puedan hacerlo, Sánchez va a llevar al centenario partido, ¡que es esencial para la democracia y la gobernación de España!, a la irrelevancia política más absoluta.

Sánchez debería saber, a lo peor ni siquiera lo sabe, que, si llega al gobierno, va a tener que seguir aplicando recortes en el gasto público, porque en la Unión Europea, los gobiernos europeos están obligados a mantener un déficit público y una deuda inferiores al 3 % y al 60% del PIB, respectivamente, porque lo que dicen los tratados fundacionales, no porque lo diga la Merkel.

¿Puede revertir, como está prometiendo, el Sr. Sánchez las reformas realizadas por el PP? No debería, pero no cabe descartar que lo haga, a costa eso sí de convertirse en el Tsipras español.

Sánchez está haciendo un discurso económico demagógico, impropio en quien aspira a presidir el gobierno de un país endeudado hasta las cejas, que necesita refinanciar 250.000 millones de euros al año y pedir prestados otros 50.000 millones más, para pagar la sanidad y la educación públicas, los subsidios a la discapacidad, los sueldos de los funcionarios, etc., etc.

¿Es consciente el Sr. Sánchez de las suspicacias que levanta en los inversores su actual discurso económico y de las cifras que podría llegar a alcanzar el paro si la recuperación económica se frenara y España cayera en una nueva recesión? ¿Seis, siete, ocho millones de personas?

Ha bastado que la extrema izquierda haya llegado al poder municipal en las tres ciudades españolas más importantes, para que queden en suspenso muchas inversiones multimillonarias que generarían muchos puestos de trabajo y para que salten todas las alarmas en las agencias internacionales de rating que, por mucho que le moleste a la izquierda, tienen una influencia decisiva en los mercados financieros, precisamente porque son independientes de los gobiernos de turno.

Si la mirada se dirige al equipo de economistas que rodea al Sr. Sánchez, la preocupación sube varios grados. El actual secretario de economía y, por ello, máximo aspirante a rector de la economía española en un hipotético gobierno de socialista, Manuel de la Rocha, es un licenciado en empresariales con dos master de medio pelo, que desde que se afilió al PSOE en el año 2007, reinando Zapatero, no ha dejado de trabajar en organismos y empresas públicas, siempre como asesor a dedo. O sea, más de lo mismo, nada con sifón.

 

 

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Gerardo Ortega

Gerardo Ortega ha sido Presidente del Consejo General de Colegios de Economistas de España (1982-1989), Presidente del Registro de Economistas Auditores (1982-1984) y Decano del Colegio de Economistas de Madrid (1991-1999)

Comentarios (1)

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    elena

    |

    No comprendo a los dirigentes del PSOE. Actúan como auténticos hooligans: no importa ganar si se consiga que pierda el contrario. Y en este juego absurdo del “todo vale” para desalojar al PP, no se paran un segundo a recapacitar cuales van a ser las consecuencias, no ya para sus votantes, de los que se acuerda únicamente cada cuatro años, sino para el propio partido.
    Pedro Sánchez va a terminar con el trabajo que empezó ZP y que si nada lo remedia va a concluir con la desaparición del PSOE.
    Ya ocurrió en su momento con UCD y está pasando con UPyD en estos momentos y con IU. El bipartidismo no es malo, al contrario, dota de equilibrio a la escena política y la desaparición del, hasta hace nada, segundo partido más votado, va a traer nefastas consecuencias para todos los españoles.
    Cuando aprenderá el PSOE que no todo vale para “pillar” algo de poder?

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